Pudiera ser que la noche se nuble de luz,
que el ocaso se vierta en un pálido color azul
y ésta tenue mañana causante de exilio
y féretro de mi gran virtud
Volcanes se amasan esperando partir el sol
sirenas que cantan cuando gimen de tanto dolor
y ésta sombría primavera cuál otoño se asemeja
viene triste, está cerca, parte y en compañía me deja
Son dos voces son dos almas
que cantan al sol que cantan al alba
sonoras se escuchan en la mañana
por el declive de la luz que las acompaña
Una senda abierta a los sentimientos
una estrecha vereda hacia el firmamento
discernimiento de un cáliz de grandes llamas
tan firme tan clara, y a la vez tan opaca
Son mil noches mil mañanas
tinta y papel nos aguarda
no importa el viento, no importa el fuego
siempre siguen existiendo...
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